viernes, 21 de enero de 2011

LA DEMOCRACIA UNIVERSITARIA : UN BIEN NO SIEMPRE BIEN UTILIZADO

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EL CONCEPTO Y LA PRÁCTICA REAL   DE LA  DEMOCRACIA ES PARA MUCHOS UNA BENDICIÓN QUE PERMITE A LOS PUEBLOS Y COMUNIDADES PARTICIPAR EN LAS DECISIONES FUNDAMENTALES Y EN EL REPARTO MÁS EQUITATIVO DE ALGUNOS DE LOS BENEFICIOS SOCIALES.
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Lamentablemente, las complejidades de los sistemas democráticos,  las habilidades y astucias que se requieren para su ejercicio pleno, contribuyen a que algunos individuos se las ingenian para desvirtuar en la práctica la esencia de esta bendición.
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El desprestigio social creciente de los Srs. Políticos, en parte se debe a este fenómeno de abusos y distorsiones que se cometen en el día a día de toda comunidad, grande o pequeña.
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Incluso, en las comunidades universitarias, donde se podría suponer la exisrtencia de una masa crítica y alerta, hemos podido observar como los recursos entregados por el Estado se malgastan o se desvían a fines impropios, con grave daño de casi toda la comunidad y muy en particular de sus estudiantes que la financian en gran parte.
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Son muchos los factores psico-sociales y culturales que contribuyen a que esto ocurra permanentemente, pero no no es el objetivo de ahondar  en las causas en esta oportunidasd.

El objeto principal de estas líneas, es llamar la atención de los electores y convocarlos a cuidar este maravilloso don que hemos recibido de generaciones anteriores y por la que ellos debieron luchar duramente.
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En el día de mañana, una vez más asumamos nuestra responsabilidad pensando en el futuro que dejaremos instalado para nuestros hijos.
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11 comentarios:

Anónimo dijo...

Las universidades privadas no son democráticas y por lo tanto son más eficientes.

¿Como lograremos mantener a las universidades estatales funcionando democráticamente en el largo plazo si competimos de igual a igual?

¿Donde aprenderan los jóvenes a organizarse democráticamente como país cuando las Ues. estatales no sean el laboratorio de la democracia nacional?

¿Cual será el modelo?

¿El mercado?

Cuidemos nuestras universidades del Estado, corremos el riesgo de perder nuestra identidad y cultura nacional.

CIUDADANO dijo...

No hay que temerle a la democracia, menos en el seno de una Comunidad Universitaria.

En la UTEM, el gran impedimento para que la democracia se ejerza en plenitud es la visión de que el poder que transitoriamente se detenta, en lugar de usarse como herramienta al servicio de los fines de la institución convocando e integrando a sus estamentos a las grandes tareas que motivan la adhesión de la inmensa mayoría, se debe emplear para extender y consolidar una hegemonía a toda costa, valiéndose de incondicionales de ocasión que luego, cuando el barco empieza a hundirse, son los primeros en desembarcarse.

A esto se suma que los debates en la UTEM son de baja altura; no se discute sobre la Universidad del futuro, sobre como hacer una mejor docencia o como fortalecer las competencias del alumno, sino sobre una Universidad del pasado, herida, desprestigiada y con enconadas divisiones internas.

Anónimo dijo...

En las publicaciones científicas SCIELO hay trabajos publicados al respecto, que dan cuenta como las teorías de las agencias pueden aplicarse al gobierno universitario y de sobre manera en las universidades estatales.
Hay propuestas tales como, que los directivos deban tomar un seguro de fidelidad funcionaria que garantiza que su trabajo lo hará bien, es decir que sus decisiones no provoquen daño a la Institución, que afecte a su patrimonio, que perjudique la imagen institucional, etc, etc.
Si estas propuestas fueran una realidad, muy pocos, levantarian la mano diciendo, "yo quiero ser Directivo"

Anónimo dijo...

En las publicaciones científicas SCIELO hay trabajos publicados al respecto, que dan cuenta como las teorías de las agencias pueden aplicarse al gobierno universitario y de sobre manera en las universidades estatales.
Hay propuestas tales como, que los directivos deban tomar un seguro de fidelidad funcionaria que garantiza que su trabajo lo hará bien, es decir que sus decisiones no provoquen daño a la Institución, que afecte a su patrimonio, que perjudique la imagen institucional, etc, etc.
Si estas propuestas fueran una realidad, muy pocos, levantarian la mano diciendo, "yo quiero ser Directivo"

Anónimo dijo...

Esa es la idea. Felicito al comentarista de las 10:25.
Así se construye una Universidad mejor.

Anónimo dijo...

Nadie le teme a la democracia, pero sabemos que nunca es tan eficiente financieramente como un sistema totalitario.

En un sistema altamente competitivo con el mercado como rector las universidades del estado que son las democráticas no pueden competir en términos de largo plazo con las autocráticas, es decir las privadas.

Se vislumbra a futuro un gran crecimiento de las instituciones privadas con visión mercadotécnica en desmedro de las que se gobiernan segun un modelo pluralista.

Las leyes del mercado son excelentes para el desarrollo de un país pero hay que tener cuidado con las formas de educar a los jóvenes para una convivencia civil, la educación debe provenir de una fuente totalmente democrática y participativa multiestamental para evitar que la población pierda sus modelos de organización social.

Lamentablemente esta educación en un medio democrático es mas cara y lenta que la autoritaria. Si los gobiernos de turno no cambian la política de libre empresa que han fomentado desde los ochenta en el sistema de educación superior, en un mediano plazo habremos perdido nuestra identidad y cultura de país.

Anónimo dijo...

Cada institución de formación es el reflejo de un sector del país. La no existencia de universidades estatales sería el desconocimiento institucionalizado y oprobiosa omisión de un sector de la sociedad. El reflejo de aquéllos que quisieran decir: "No Existes", "No me interesas", "No te conozco", por lo tanto no te valoro, no te cuido.
La educación laica, libre y democrática debe dar cuenta de lo contrario. La Utem debería seguir esa senda -Y, LO HARÁ.

Anónimo dijo...

Entonces, la triste conclusión de los comentarios anteriores es que mucho mejor que una democracia interna es mejor tener un "Pinochet".

Que triste panorama para las universidades estatales....

Anónimo dijo...

Cuando una persona ha pasado mucho tiempo en un cargo, se va perdiendo la productividad, la creatividad, el liderazgo, los objetivos se diluyen, el horizonte se pierde y su trabajo pasa a la inercia propia de los acontecimientos, así, las Instituciones no crecen, se pasman, se achatan, quedan enanas y en general las personas no colaboran. Para evitar ésto, las jefaturas antiguas deben ser cambiadas. Un ejemplo claro es nuestro Rector, tuvo dos períodos rectoriales, el primero fue bueno, el segundo, muy regular y el tercero no merece comentarios. Esto se da también para las Decanaturas y los directivos de Departamentos y Escuelas.

Anónimo dijo...

Qué triste opinión la suya 22.18, ni siquiera el actual régimen de derecha habla de ese torturador y usted lo pone como referente para conducir la UTEM. Una pena.

Anónimo dijo...

Eso es 12:04 lo que le pasó a este blogg