UNA VIEJA PREGUNTA, QUE NOS RECUERDA OTRA
.
¿Y, DESPUES DE AVENDAÑO, QUÉ?
La renuncia del Sr Avendaño no fue fácil. Las autoridades de gobierno y nuestros estudiantes asumieron un rol protagónico, mientras la mayoría de los académicos observaban incrédulos el derrumbe de la estructura de poder pacientemente elaborada durante diecisiete años.
Sólo dos grupos minoritarios de académicos participaron activamente durante ese proceso: Por una parte, los opositores históricos del rector, apoyando al movimiento estudiantil e incrementando sus denuncias respecto a las graves fallas de su gestión; y, por otra parte, un grupo de ex colaboradores del rector, vinculados a los principales partidos de gobierno, concientes del fin del régimen, negociaron con los representantes del gobierno para reemplazar al saliente rector e instalar en los cargos de responsabilidad a colegas afines a sus intereses.
Probablemente, el rol externo más importante lo tuvo el Don Eduardo Escalante, debido a sus vínculos políticos y académicos; y muy especialmente, a los generados en su anterior consultoría prestada a la UTEM para la creación de una de sus carreras (¿Ingeniería en Seguridad?).
En el ámbito interno, jugaron papeles relevantes y visibles los Decanos Campos y Torrealba, quienes organizaron asambleas y debates, compartiendo la tesis de la renuncia del rector, previamente anunciada por la Sra. Haydée Gutierrez en su carta pública dirigida al Cosejo Superior.
La salida que los consejeros de gobierno determinaron en conjunto con el Sr. Avendaño, y con el apoyo de los dos de consejeros académicos habilitados ( y el silencio de los representantes de los otros estamentos universitarios), permitió regularizar las actividades docentes y remover a algunos de los académicos con cargos directivos de confianza del ex-rector y reemplazarlos por otros, mayoritariamente vinculados a la Facultad de Humanidades.
La acuerdos tomados en el Consejo Superior, al márgen de la Comunidad Académica, y llevados a cabo, luego de las "fracasadas consultas al cuerpo académico", que rechazó por amplísima mayoría la candidatura de la Sra. Gutierrez (obtuvo sólo 8 votos de académicos en la FAE y de 22 votos de funcionarios y ningún estudiante, frente a los noventa y tantos del colega Héctor Pinto) dejaron planteado que su nombramiento era expresión de la voluntad gubernamental.
Como consecuencia de lo anterior, la UTEM ha caído en un cuadro de aparente desgobierno, o mejor dicho, de un gobierno NO PROACTIVO, cuyo principal objetivo pareciera ser dejar terminar el primer semestre y "prepararse" para enfrentar los graves problemas financieros que se avecinan velozmente. Entre tanto, se profundiza la sensación de falta de legitimidad de las decisiones adoptadas durante el curso de la actual gestión, entregando señales equívocas y mensajes muchas veces confusos, que no corresponden a una rectoría de transición.
El evidente aíslamiento de la Rectoría (S), respecto al cuerpo académico, aunado a la falta de decisiones en aspectos cruciales y urgentes, y a la casi nula información de la real situación financiera y de las investigaciones realizadas para esclarecer el robo de los discos duros y delimitar las responsabilidades funcionarias respectivas, etc. etc. están generando un cuadro de malestar y rechazo en todos los estamentos universitarios.
Súmese a lo anterior la dilación para resolver el problema derivado de la normativa de la jerarquización, que había quedado prácticamente resuelto por la Sra. Clara Viviani y el Sr. Moisés González, de acuerdo a los documentos de Contraloría General, lo que dificulta la posibilidad de realizar las elecciones de representantes al Consejo Superior y la de Decano de la Fac. de Construcción.
Como muestra de ese malestar, no sólo tenemos los canales informales de comunicación, sino también las expresiones de rechazo realizadas enlas últimas asambleas de la Asoc. de Académic0s y en la señal dada por la reciente votación de los funcionarios no académicos, donde el candidato que proclamó a la Sra. Gutierrez en la FAE obtuvo una baja votación.
Los graves problemas de la UTEM no pueden seguir esperando. El tiempo corre en contra nuestra. Las deudas se acumulan, se suman las multas e intereses y el cuerpo social se reciente en forma creciente.
En caso que los Consejeros Superiores no corrijan a la brevedad esta situación, la universidad enfrentará una nueva crisis que ahondará los problemas existentes.
EN DESARROLLO