HACE UNOS POCOS DÍAS, EN LA CEREMONIA DE LA INVESTIDURA DEL REELECTO RECTOR DE LA U. DE CHILE, PROTESTÓ POR ASPECTOS DE FORMA Y CONTENIDO DE LO ANUNCIADO POR EL ACTUAL DIRECTOR DE EDUCACIÓN SUPERIOR Y EX VICERRECTOR DE LA U. CATÓLICA, SR. JUAN JOSÉ UGARTE, EN MEDIO DE MANIFESTACIONES ESTUDIANTILES DE RECHAZO AL SR. SEBASTIÁN PIÑERA, INVITADO DE HONOR A LA CEREMONIA, COMO PATRONO DE LA PRINCIPAL UNIVERSIDAD DEL ESTADO DE CHILE.
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Posteriormente. se reunieron los Rectores del Consejo de Rectores del CRUCH cn el Ministro Lavin y Director de Educación Superior para limar asperezas en La Serena.
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Hoy Sábado 25, se puede leer en las cartas al Diario El Mercurio una misiva del actual Vicerrector de la U. Católica Carlos Williamson señalando su disconformidad con el trato dado al Presidente de la República y fundamentando la propuestas del Director de Educación Superior, donde el argumento de la calidad del servicio educacional juega un rol importante.
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En atención a las alusiones indirectas que se formulan en dicha carta publicamos su contenido 'in extenso':
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Cartas
Sábado 26 de Junio de 2010
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La inamistosa recepción en la Universidad de Chile al Presidente Sebastián Piñera, en la solemnidad de una ceremonia académica, revela algo que ha pasado a ser una costumbre cuando se discute sobre educación, la extrema ideologización de cualquier debate sobre políticas públicas, pero esta vez con un hecho inédito: la ausencia del respeto y del pudor mínimo para saber cuándo y cómo exponer públicamente una crítica.
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La protesta de un grupo de dirigentes estudiantiles es como siempre difusa. Se critica una supuesta privatización del sistema, término que se usa de un modo peyorativo para dividir en el mundo de la educación lo bueno —la esfera de lo público— de lo malo —la esfera de lo privado—. Es una visión ideológica y contumaz. Se niegan a reconocer los beneficios para el país de permitir, desde hace 30 años, que privados ofrezcan educación, y aunque les pese a algunos, lo hagan en muchos casos con superior calidad a muchas entidades de propiedad pública y hayan sido claves para promover la equidad al dar oportunidades de estudio a jóvenes sin recursos. Y se critica también que el Gobierno anuncie el propósito de acabar con el odioso privilegio para estudiantes del sistema público que, teniendo mejores condiciones socioeconómicas, gozan de más becas y créditos subsidiados, que no están disponibles para estudiantes de universidades privadas.
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Por otra parte, la actuación del rector, exponiendo de un modo severo al Presidente sus críticas sobre las políticas universitarias, lo que está en su derecho, pero en medio de un ambiente muy enrarecido y de fuerte violencia verbal en las tribunas, sólo cabe calificarla de desafortunada y carente de mínima urbanidad. Sus comentarios posteriores de que las nuevas autoridades parecen comandar un estilo autoritario que recuerda el período del régimen militar son, además, temerarios y rayan en la insolencia.
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En los temas de fondo, el rector Pérez se suma al eslogan de que lo privado no tiene espacio en la educación con un matiz ya reiterado por él: la esfera de lo público es sinónimo de estatal y, en consecuencia, tampoco tienen cabida en la política pública de financiamiento las universidades privadas tradicionales, que dicen y han demostrado tener genuina vocación pública.
El bochornoso incidente vivido en el acto universitario es un mal augurio para los deseos del nuevo gobierno de convocar a todos los actores a un debate sin pequeñeces ni defensas corporativas, sino con verdadera altura de miras. El nuevo gobierno ha expuesto en líneas gruesas lo que estaba en su programa, de manera que nadie puede alegar desconocimiento en esta materia. Sólo cabe esperar a futuro, de los principales líderes universitarios, mayor mesura y auténtico liderazgo para colaborar en la necesaria corrección a los serios problemas de inequidad, calidad e ineficiencia que exhibe nuestro sistema de educación superior.
Carlos Williamson B.
Ex Prorrector Universidad Católica de Chile
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RESPUESTA A LA ANTERIOR
EL MERCURIO, DOMINGO 27 DE JUNIO.
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Sábado 26 de Junio de 2010
Incidentes en la U. de Chile .
Señor Director:.
La inamistosa recepción en la Universidad de Chile al Presidente Sebastián Piñera, en la solemnidad de una ceremonia académica, revela algo que ha pasado a ser una costumbre cuando se discute sobre educación, la extrema ideologización de cualquier debate sobre políticas públicas, pero esta vez con un hecho inédito: la ausencia del respeto y del pudor mínimo para saber cuándo y cómo exponer públicamente una crítica.
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La protesta de un grupo de dirigentes estudiantiles es como siempre difusa. Se critica una supuesta privatización del sistema, término que se usa de un modo peyorativo para dividir en el mundo de la educación lo bueno —la esfera de lo público— de lo malo —la esfera de lo privado—. Es una visión ideológica y contumaz. Se niegan a reconocer los beneficios para el país de permitir, desde hace 30 años, que privados ofrezcan educación, y aunque les pese a algunos, lo hagan en muchos casos con superior calidad a muchas entidades de propiedad pública y hayan sido claves para promover la equidad al dar oportunidades de estudio a jóvenes sin recursos. Y se critica también que el Gobierno anuncie el propósito de acabar con el odioso privilegio para estudiantes del sistema público que, teniendo mejores condiciones socioeconómicas, gozan de más becas y créditos subsidiados, que no están disponibles para estudiantes de universidades privadas.
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Por otra parte, la actuación del rector, exponiendo de un modo severo al Presidente sus críticas sobre las políticas universitarias, lo que está en su derecho, pero en medio de un ambiente muy enrarecido y de fuerte violencia verbal en las tribunas, sólo cabe calificarla de desafortunada y carente de mínima urbanidad. Sus comentarios posteriores de que las nuevas autoridades parecen comandar un estilo autoritario que recuerda el período del régimen militar son, además, temerarios y rayan en la insolencia.
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En los temas de fondo, el rector Pérez se suma al eslogan de que lo privado no tiene espacio en la educación con un matiz ya reiterado por él: la esfera de lo público es sinónimo de estatal y, en consecuencia, tampoco tienen cabida en la política pública de financiamiento las universidades privadas tradicionales, que dicen y han demostrado tener genuina vocación pública.
El bochornoso incidente vivido en el acto universitario es un mal augurio para los deseos del nuevo gobierno de convocar a todos los actores a un debate sin pequeñeces ni defensas corporativas, sino con verdadera altura de miras. El nuevo gobierno ha expuesto en líneas gruesas lo que estaba en su programa, de manera que nadie puede alegar desconocimiento en esta materia. Sólo cabe esperar a futuro, de los principales líderes universitarios, mayor mesura y auténtico liderazgo para colaborar en la necesaria corrección a los serios problemas de inequidad, calidad e ineficiencia que exhibe nuestro sistema de educación superior.
Carlos Williamson B.
Ex Prorrector Universidad Católica de Chile
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RESPUESTA A LA ANTERIOR
EL MERCURIO, DOMINGO 27 DE JUNIO.
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Acto en la U. de Chile
Señor Director:
En una carta publicada en este diario, el ex prorrector de la Pontificia Universidad Católica de Chile describe y comenta un acto solemne realizado en el Salón de Honor de la Universidad de Chile al que no asistió. Lo califica de inamistoso e incluso de violento. Quienes tuvimos el privilegio de participar en él conocimos una realidad distinta.
En esta ceremonia, la máxima autoridad del país y la máxima autoridad de su más importante universidad hicieron público su compromiso con la Universidad de Chile, la cual en las palabras del Presidente “ha sido y va a ser siempre la universidad de todos los chilenos, donde el espíritu de la libertad va a brillar y a iluminar nuestro país”.
Fue un acto serio, pleno de símbolos republicanos, altamente concurrido por actores clave de nuestra vida nacional y de la comunidad universitaria. Cortesía en la Universidad de Chile es sinónimo de honestidad, de discurso basado en evidencias, de compromiso con el desarrollo del talento y de las oportunidades de todos.
Por eso guardaremos en la memoria un recuerdo imborrable de ese día en que rector y Presidente hicieron suyas las palabras de Andrés Bello, reconociendo a “la educación del pueblo como uno de los objetos más importantes y privilegiados a que pueda dirigir su atención el Gobierno; como una necesidad primera y urgente; como la base de todo sólido progreso; como el cimiento indispensable de las instituciones republicanas”.
Rosa Devés
Profesor Titular
Universidad de Chile