¿ RETORNO A LA NORMALIDAD ?
El retorno a la 'normalidad' que iniciaremos este lunes no estará exento de reflexiones, positivas algunas y amargas las otras.
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En ningún caso debemos dejar de tener presente que la salida de esta profunda crisis universitaria ha sido "transaccional", y por ende,no puede dejar plenamente contento a nadie.
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En este proceso todos hemos perdido algo; pero también, algo hemos ganado.
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El balance que harán los diferentes actores: Gobierno, Funcionarios académicos y no académicos, estudiantes y sus familiares, y nuestros miles de egresados y titulados, anotará puntos al debe y otros al haber. Sin embargo, todos deberán evaluar su responsabilidad en las causas de esta crisis moral, que nos tuvo cerca de la extinción de la UTEM.
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En el caso del gobierno, dado que no estaba en condiciones de enfrentarse a las múltiple fuerzas que controlan el sistema universitario, adoptó una política errática y confusa que probablemente le costará una significativa cuota de prestigio en el ámbito universitario (especialmente estudiantil). Y, por otra parte, talvez ha comprendido que el problema universitario está a punto de entrar en una crisis global y que no lo resolverán con medidas de parche al estilo de la LGE.
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Es deseable esperar que el gobierno haya entendido que la política de la avestruz de esconder la cabeza ante los grandes problemas no es la solución, ni mucho menos la negligencia de muchos años para atender las denuncias que recibieron repetidamente respecto de "presuntas irregularidades", ni la ausencia de control de los representantes designados por el gobierno.
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En el caso de los académicos, debe distinguirse a los diferentes grupos que han participado de una u otra forma en este largo proceso de destrucción del alma universitaria estatal.
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El grupo opositor que desde un comienzo criticó la política de control total del Sr. Avendaño, (que se inició con la remoción de la Contralora Interna (Sra. María Isabel Mercadal) y su reemplazo por quien lo acompañó durante todo su gobierno, fue disminuyendo sus fuerzas desde el 49.8% a a un poco más del 20% en la última elección del 2007), no puede eludir completamente su responsabilidad, pues su crítica y oposición se caracterizó por la desorganización y la falta de un liderazgo claro y denuncias fuertes y precisas .
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Las desconfianzas mutuas heredadas de nuestro origen militar original del IPS, en plena dictadura, por una parte; o, las confusas relaciones de amistad que surgieron en la lucha contra la dictadura militar, fueron un fuerte inhibidor de la capacidad de resistencia de este grupo.
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Paulatinamente fueron cayendo todos los que iniciaron las primeras protestas en contra de la dominación del ex- rector, exonerados algunos : Omar Barría, Vilma, Patricia Brevis, Marcos Palma, etc, y otros muchos acosados y perseguidos por los directores de Escuela que se concertaron para no darles carga horaria en ninguna escuela de la UTEM, so pretexto que reprobaban muchos alumnos y/o eran muy exigentes.
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Lamentablemente, los críticos de ese período no supimos enfrentar unidos dichos desafíos.
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En cambio los académicos que se organizaron en torno a don Victor Rocher para enfrentar inicialmente a don Luis Pinto, y que dada la imposibilidad de éste para ser rector por el sumario anterior que lo había destituido como Vicerector de Finanzas, desplazaron su liderazgo hacia don Miguel Avendaño, aprovechando la férrea organización que habían logrado construír durante los 9 años que el Sr. Avendaño fue Secretario General del Sr. Luis Pinto; y, el profundo conocimiento que tenían de la naturaleza humana y social del cuerpo académico de la UTEM.
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El resto fue tarea fácil, uno por uno, muchos de los otrora opositores se fueron sumando a las huestes de funcionarios académicos dóciles a los dictados de la exitosa autoridad reinante.
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La experiencia de estos colegas no los puede tener contentos, pues hoy comprenden que durante estos años de jolgorio fueron utilizados por el grupo que participó verdaderamente del gran festín de los negocios montados a la sombra de las múltiples Sociedades Anónimas que se organizaron para sustraer los negocios de los controles propios del sistema estatal, y ahora deben enfrentar la crítica de sus estudiantes por su participación en el grave daño hecho a su universidad.
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Pero, a estos se agregó un numeroso grupo de colegas que fue contratado progresivamente para asegurar elecciones en los Departamentos y en las Facultades, y que dificilmente entienden la responsabilidad que les cabe en esta grave situación.
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En consecuencia, el deterioro universitario llegó a un nivel inconcebible para cualquiera que tuviera una visión externa superficial; y, sólo la obligación de enfrentar el Proceso de Acreditación pudo desnudar las falencias acumuladas durante los nueve años de rectoría del sr. Avendaño.
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La causa de este deterioro radicó en la total falta de autoridad universitaria del Sr. Avendaño, que carente de méritos académicos suficientes, dependía totalmente de la buena voluntad de sus electores cada cuatro años (o, cada dos para las elecciones de Consejeros Académicos).
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(en desarrollo)...
