viernes, 25 de abril de 2008

HECHOS Y RUMORES

HECHOS Y RUMORES
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En ausencia de canales de comunicación oficiales la UTEM se ha llenado de rumores respecto de la situación institucional.
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Anoche por diversos medios se comentaba la renuncia del Sr. Julio Martinez, Secretario General, y hasta las 11:00 hrs. de hoy viernes 25/04/08, no se tiene información oficial al respecto.
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No contribuye a mejorar la situación el prolongado silencio de la Contraloría General y los cambios de autoridades del MINEDUC.
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Tampoco contribuyen los trascendidos del Consejo Superior de la UTEM, con Actas Parciales de acuerdos y programas de acción que no concuerdan con la realidad que vive la universidad.
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Ni menos que en el día de hoy aparezca la sede de los alumnos de Providencia cerrada por orden superior y sin una explicación razonable.
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La situación de la UTEM está sobrepasando los límites de la prudencia.
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Claudio Vila C.
Coordinador Agrupación

1 comentario:

Anónimo dijo...

Anónimo dijo... PUBLICADO EN COMENTARIOS DE BLOQUEUTEM EL 24/04/08 EN DESAFÍO HISTÓRICO.
Declaración

Ante la severa crisis que se encuentra afrontando nuestra casa de estudios, es un deber ineludible hacia el estudiantado replantear los fundamentos que orientan una verdadera educación superior de calidad de aquella que hoy en día les está siendo entregada. El caso de la UTEM es un paradigma de la falta de escrúpulos y carencia de civismo por parte de un grupo de entes que se han apropiado de una institución del estado para ejercer el usufructo personal a costa del aporte de cientos de esforzados jóvenes y grupos familiares que ven a la educación como el puente hacia una mejor condición de vida. Es este principio el que ha sido groseramente manipulado por este núcleo de “docentes” que sólo persiguen el beneficio monetario ante cualquier otro considerando. La experiencia de la carrera de criminalística es la prueba mas evidente de lo anterior. La posibilidad de estrujar económicamente a la friolera de 5000!! alumnos constituyó un negocio demasiado apetitoso para los voraces organizadores de semejante engaño. Las consecuencias de esta mega-estafa lamentablemente, sólo trascendieron por la propia voz de los afectados, sin que antes se haya hecho nada por cambiar el destino de tan truculento negociado.

A raíz de los acontecimientos, la UTEM pasó a ser una mera institución de fachada para la venta de títulos profesionales, en especial aquellos obtenidos por la vía de programas especiales. La impostura que implica entregar un título de la misma validez legal que aquél obtenido en el pre-grado regular a aspirantes con considerablemente menos preparación académica es un engaño para quienes deben sortear las pruebas que implica el programa diurno. Ello demuestra claramente cuál es el principio rector del grupo vinculado a Avendaño: maximizar ganancias a costa de una formación profesional “express” dirigida a quienes puedan pagar por un título, sin reparar en lo mas mínimo en considerandos éticos. Lo que interesa es simplemente la plata dulce.

La situación del pre-grado no difiere radicalmente de lo que ocurre en los programas especiales. Una legión de “docentes” contratados por Avendaño para su propia perpetuación en el poder posee la característica singular de no contar con antecedentes que avalen bajo ningún punto de vista su contratación por parte de una universidad del estado. Curiosamente, este tipo de actores no detenta ninguna vinculación externa en el universo de la educación superior, ni demuestra experiencia relevante en el desempeño profesional. Tan desmedrada condición implica aferrarse con dientes y uñas a esta suerte de isla salvadora en que se transformó la UTEM, en la cual encuentran la seguridad económica (transitoria al observar los acontecimientos en curso) y la protección de un padrino permanente. Lo anterior a cambio de hipotecar sus propias conciencias y dignidad. Ante una óptica medianamente interiorizada del problema, esta masa es la que inclina permanente cualquier tipo de elección en favor de su mecenas, proveyendo de una cuestionable imagen de democracia. Avendaño abusa de esta arista, al emplear la amenaza sistemáticamente como instrumento de presión en su favor y conseguir por medio de su maquinaria política todos los cargos que ello le pueda reportar; llámense consejeros superiores, decanos, directores de departamentos, directores de carreras y otros. Para el caso de dirigentes de otros estamentos, la herramienta ha sido la compra directa de conciencias bajo la lógica de que cada persona tiene un precio. Infelizmente, esta lógica espuria le entrega generosos dividendos si se observa el devenir de los acontecimientos a la fecha.

El gobierno a su vez, ha mantenido una actitud de descarada complicidad con este individuo, corroborada luego de la ratificación por parte de la presidenta de la república de su calidad de rector, ignorando de paso la petición de un numeroso grupo de diputados que le solicitaran precisamente lo contrario. Ante el calibre de los escándalos registrados por criminalística y la no acreditación sucesiva, acontecimientos ampliamente publicitados por la prensa, la anterior ministra expresó su deseo de aplicar “drásticas sanciones” a la dirección de la universidad, sin que hasta la fecha se observe el mas leve indicio de que ello se materialice. Por el contrario, inexplicablemente se entra en componendas y transacciones con los responsables del desastre institucional, como si ellos tuviesen la capacidad de resolver el problema. La realidad indica otro rumbo y nos muestra claramente que un auxiliar paramédico no puede realizar una cirugía de coronarias, ni que un perito en contabilidad puede ser ministro de hacienda, ni que un albañil puede proyectar y construir una torre de 50 pisos. Ese es el drama medular que afecta a esta universidad, partiendo por su rector, quien con su nula formación académica jamás podrá visualizar y construir una institución de educación superior de real prestigio, con el agravante incluido de contar además con otros intereses totalmente ajenos a la ética universitaria. A su imagen y semejanza, un numeroso grupo de clones desempeñan cargos de relevancia en la institución. Su denominador común es su grado de incompetencia superlativo, ampliamente ratificado por los repetidos rechazos a la acreditación, recayendo la responsabilidad única y exclusivamente en este segmento.



El cuadro actual demanda por parte de los actores que se pronuncian por la vuelta a los cauces universitarios de un conjunto de acciones tendientes a devolver el prestigio a la UTEM. Entre ellos se cuentan:

1. Exigir al Ministerio de Educación un pronunciamiento respecto a la grave crisis que afecta a la UTEM, con medidas concretas y de corto plazo tendientes a destituir a Avendaño del cargo de rector.

2. Exigir a los consejeros del Gobierno que den a conocer sus verdaderas intenciones respecto a la suerte de la Universidad y su grado de coherencia a las “drásticas medidas” que propusiera la ex ministra Provoste.

3. Rechazar cualquier modificación de estatutos que involucre a Avendaño o a sus colaboradores, desconociendo cualquier decisión del consejo superior.

4. Exigir la destitución de Avendaño por no contar con la formación académica para desempeñar el cargo (los títulos posteriores obtenidos no poseen validez alguna, por haber sido logrados en planes especiales de dudosa reputación y haber sido otorgados por sus propios subalternos). No poseer una carrera académica demostrable, ni tener experiencia profesional comprobada. En síntesis, porque su única actividad es haber estado por casi 20 años en cargos directivos, ajenos a la esencia misma de la academia.

5. Exigir la destitución de Avendaño, debido que al fallar cinco veces consecutivas la acreditación no está en condición de reprobar o cursar la expulsión de ningún alumno en la UTEM nunca más.

6. Exigir la destitución de Avendaño por los repetidos escándalos financieros que han afectado gravemente la imagen de la institución.

7. Recurrir a organismos internacionales para defender el derecho a una educación digna, verdadera y de calidad. El real desamparo en que nos ha dejado el “Estado de Chile” es precisamente haber dejado a la UTEM en manos de Avendaño y sus amigos.

8. Exigir la renuncia de Avendaño pues no se explica que una persona surgida de un modestísimo origen viva con el estatus de un potentado a costa de esforzados estudiantes, con el agravante de tratarse de sólo un empleado público. La universidad de los pobres no puede entregar sueldos millonarios a un grupo de inescrupulosos.

9. Exigir la renuncia de Avendaño, pues es impresentable e indecente para una institución de educación superior de Chile tener a semejante individuo sentado en la rectoría.

10. Exigir la renuncia de Avendaño por la credibilidad institucional y de los propios estudiantes de la UTEM.

Por la salvacion de la UTEM
24 de abril de 2008 21:25