viernes, 24 de diciembre de 2010

EN LA FIESTA DE LA NATIVIDAD ES UNA TRADICIÓN HACER ARMISTICIOS EN MEDIO DE LOS MÁS GRANDES CONFLICTOS

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HACE DOS MIL AÑOS EN UN OSCURO Y PERDIDO RINCÓN DE LA JUDEA BAJO EL IMPERIO ROMANO NACIÓ UN NIÑO QUE CON SUS ENSEÑANZAS  Y SU EJEMPLO DIVIDIÓ LA HISTORIA EN UN ANTES Y UN DESPUÉS.
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Algunas personas,   se preguntan que fue lo que vieron o escucharon los sabios  Sumos Sacerdotes de Israel para que le provocaran  la peor muerte posible a este  profeta.
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No es fácil entender desde nuestra cultura el porqué de tanta odiosidad en contra de alguien que enseñaba el Amor incondicional entre los hombres, la humildad y la sencillez.
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Desde un punto de vista formal, Pilatos, sin tener elementos de juicios para acusarlo optó por lavarse las manos para no tener problemas políticos o administrativos con Roma.
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Hoy celebramos su nacimiento con alegría, pero no debemos olvidar que  éste adquiere su verdadero significado e importancia gracias a  su muerte voluntariamente aceptada, dando testimonio de la verdad de sus enseñanzas de las que no quiso retractarse, a pesar de la sugerencias de Pilatos.
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Las  implicancias que  tengan estos hechos  para nuestras vidas es un asunto muy personal, pero una reflexión que supere la anécdota y las múltiples mistificaciones que se han construido para desviar la atención de lo fundamental, podría contribuir a mejorar nuestras condiciones de vida actuales sumidas en la ambición desmedida, la codicia, el miedo y  la vanidad.
 
DESEANDO A TODOS UNA FELIZ FIESTA DE NAVIDAD EN COMPAÑÍA DE SUS FAMILIAS,  LOS SALUDAMOS CORDIALMENTE CON LA ESPERANZA DE BUENAS Y MEJORES NOTICIAS PARA NUESTRA UNIVERSIDAD.

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