DE EL MERCURIO, Domingo 19 de Septiembre de 2010
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La República y el laicismo
.Mario Papi Beyer
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Importante rol jugó el laicismo en el nacimiento y formación de la República. Pero Chile nació identificado con la religión católica y no como Estado laico, aunque O'Higgins logró que la declaración de independencia no adscribiera a ninguna fe porque "puede chocar algún día con nuestros principios políticos".
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En las primeras constituciones, la religión oficial del Estado fue la católica. Incluso en la liberal de 1828 que dispuso: "Nadie será perseguido ni molestado por sus opiniones privadas". La Constitución del 33 eliminó esa disposición y mantuvo la religión católica con "exclusión del ejercicio público de cualquiera otra". Un logro del laicismo fue modificarla y permitir el culto privado de otras religiones. .
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Sólo en la de 1925 un masón como Arturo Alessandri consiguió separar la Iglesia del Estado y excluir la coerción en materia moral.
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En 1860 Chile vivía en la intolerancia y el clericalismo, con un centralismo resistido, graves desigualdades sociales y escasa educación, pero libre de la anarquía.
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En ese medio surge en Valparaíso la Gran Logia de Chile (1862) y en Copiapó el Partido Radical de Chile (1863). Instituciones de distinto origen, funciones y propósitos, pero convergentes en la difusión de las ideas de la revolución francesa que marca el nacimiento del laicismo en su concepción contemporánea.
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Son masones quienes forman el "Club de la Reforma" en 1868 para realizar "la verdadera República".
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El Club proclama elevar la tolerancia religiosa a precepto constitucional, como los derechos de asociación, reunión y petición; pide la independencia del Poder Judicial y la organización de la marina de guerra; postula la libertad de prensa y reformar el sistema político, social y económico con especial preocupación por la educación; impulsa las denominadas "leyes laicas"; y discute las nuevas reformas constitucionales incluidas las recogidas en la Constitución del 25.
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El Partido Radical, a su vez, buscó ampliar las libertades públicas, secularizar las instituciones y promover el Estado docente. Luego integró también la "cuestión social". Desde su origen desarrolló una política anticlerical.
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Según León Echaiz, ahí el radicalismo equivocó su campaña. En vez de "censurar la unión del cura con el gobernador y con el aristócrata" criticó "a la Iglesia y a sus dogmas, levantando un fermento de pasiones, que agitó violentamente a la sociedad de entonces".
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El Partido Radical en su primera Convención de 1888 fijó un programa de acción que alcanzó tres siglos. Desde 1884 pendía su ley de divorcio y aún no se concreta su idea descentralizadora, parte de su programa social ni el régimen parlamentario. El resto de su proyecto político, económico y social se realizó y cambió a Chile. Su aporte a la formación de la República permitió que ese según Neruda "intrínseco, insoslayable escritor" que fue Carlos León, pudiera sostener que el radicalismo era un elemento de la nacionalidad.
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El radicalismo cumplió su programa pero fue diluyendo su pensamiento laico porque no se adecuó a los tiempos ni asumió los nuevos desafíos.
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Ya no hay en Chile un partido que sea exponente del pensamiento laico. Que no cabe confundir con propuestas provocativas de apariencia liberal pero que no dan cuenta del verdadero sentido del laicismo como impulso libertario y de evolución cultural que transforma la tolerancia en libertad efectiva de conciencia en pos de la dignidad racional del ser humano.
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Y aún falta para "la verdadera República".
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(*) Don Mario Papi B. no sólo es un alto exponente del histótico Partido Radical, en cuya representación ha ocupado importantes cargos de estado, sino que es un alto miembro de la Gran Logia de Chile.
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(*) Don Mario Papi B. no sólo es un alto exponente del histótico Partido Radical, en cuya representación ha ocupado importantes cargos de estado, sino que es un alto miembro de la Gran Logia de Chile.
3 comentarios:
Bernard Stasi, Fernando Savater, Jean Luois Schegel... escuchar las voces europeas.
Francisco Bilbao, hombre revolucionario, profundamente laico, antimperialista, libertario. Organizó la "Sociedad de la Igualdad" junto a Santiago Arcos. A veces puesto en la historia como parte de la sublevación "golpista" de 1851, y nuevamente, caudillo de la sublevación federal en Buenos Aires y la liberal de 1854 en Perú.
A veces se muere con la profunda Razón de tu lado, para que cien años después esas ideas se proclamen como una democracia al servicio "de los de siempre".
"Vender la patria o dejar que la compren a pedacitos", no sé si la Convención del 88' pensaba así el país, dudo que haya sido así, pero, y qué si se duda de los herederos de nuestra primera centenaria historia, tras la agitación y crisis del sistema institucional en el 73', hubiesen de silenciar sus voces laicas.
Sólo dos centenas, una nación demasiado joven.
Estimado Editor:
Si es posible agregar al anterior comentario, lo agradecería:
"A dónde vas joven soldado: Voy a combatir para libertar de tiranía del hombre el pensamiento, la palabra, la conciencia.
--Benditas sean tus armas, joven, soldado"-.
Lamennais.
No es malo mirar la Historia, porque de ella se logran lecciones, aún a costa de grandes sacrificios y sufrimientos.
Pero sí es malo hacerlo cuando en ella se mira el porvenir y no el pasado.
Las Universidades estatales tienen enormes desafíos por delante, los que deben enfrentarse con visión de futuro y pensamientos modernos, en sintonía con los tiempos.
Si algo caracterizaba a los libre pensadores de antaño era su juventud, más que física, intelectual.
Esa sí que es una valiosa lección.
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