LA UTEM : UNA DIFÍCIL TRANSICIÓN

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FINALIZADAS LAS ELECCIONES DE RECTOR, LA UTEM REINICIA SU DIFÍCIL TRÁNSITO HACIA LA RECUPERACIÓN DE SU SER UNIVERSITARIO: ESTATAL, TECNOLÓGICO Y DEMOCRÁTICO.

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Con la carga de los diez años perdidos bajo la dirección del ex rector de la UTEM, deberemos retomar la construcción de esta ya no tan jóven universidad del estado, llevando el fardo de las consecuencias de los múltiples errores cometidos durante este largo periodo.

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Mientras la UTEM dilapidaba sus recursos, numerosas universidades privadas invertían los suyos en proyectos académicos y de infraestructura, de modo tal que de un octavo lugar del ranking universitario hemos descendido a niveles impensados hasta hace muy poco tiempo.

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Como revertir esta situación, con los recursos disponibles, en medio de una feroz competencia universitaria y en un país enfrentado a una crisis económica global, es la pregunta que la comunidad de académicos, estudiantes y funcionarios se hacen día a día; y, constituye la base de muchas conversaciones y análisis.

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Talvez algunos piensen que la solución vendrá de la mano generosa del estado, suponiendo que este no abandonará a la educación pública en general, ni menos a la universitaria en particular. Al menos ese fue el sueño de los universitarios que formaron parte de los inicios de la Concertación por la Democracia.

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Sin embargo, todos lo hechos han demostrado durante estos casi veinte años, que el enfoque pragmático de los últimos gobiernos es fundamentalmente liberal y de mercado, tendiendo progresivamente a desentenderse de la responsabilidad con la educación pública, salvo algunos "salvavidas" ocasionales que se han enviado.

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Notoria es la deserción de los grandes teóricos de la Educación Pública, que sustentaron inicialmente nuestros sueños, hacia las universidades privadas "sin fines de lucro", pero que se venden en cientos de millones de dólares a grandes consorcios internacionales.

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Estos Consorcios, paulatinamente han transformado la educación universitaria en elegantes Supermercados de Títulos Profesionales, medianamente habilitantes para ejercer con criterio manifiestamente comercial y con una mínima solvencia las diferentes actividades que requiere el país.

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Utilizando al máximo los criterios y herramientas del marketing, estos grandes empresarios han logrado crear una imágen pública de eficiencia y calidad, mientras las universidades del estado se esforzaban en demostrar lo contrario, en el mayor descuido de los diferentes gobiernos.

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Bien lo sabemos en la UTEM, que hemos vivido durante mucho tiempo bajo la descuidada participación de diversos representantes de gobierno, que ejercieron su función ad-honorem y sin normas claras de responsabilidad por sus acciones, hasta que la crisis y sus consecuencias alcanzaron niveles intolerables para la sociedad.

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Confiando en las "sagradas" leyes del mercado y de la autoregulación, pensaron que bastaba entregar "señales" orientadoras basadas en los Mecesup, Concursos Fondef y otros múltiples mecanismos de estímulo, creyeron que el sistema se regularía sólo, hasta que fue necesario introducir los sistemas formales de "acreditación" mínima, basados en parámetros adecuados a las universidades privadas, abundantes en recursos financieros y dotadas de gran liquidez, pese a su condición de corporaciones "sin fines de lucro".

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Hoy, los académicos de las universidades estatales, en algunas más que en otras, se ven enfrentados a la lucha por la subsistencia, llevando pesadas cargas sociales, algunas veces autoimpuestas, otras muchas veces como consecuencia de errores imperdonables, con la amenaza permanente de terminar como empleados en una universidad particular, donde el 'glorioso' concepto de "académico" se transforma en el de 'docente' o 'profesor' por hora.

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¿QUE HACER ?............

EN DESARROLLO