domingo, 7 de febrero de 2010

LA ÚLTIMA VACACIÓN: UNA CONSECUENCIA DE LA LEY DE INCENTIVO AL RETIRO

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SI BIEN ES CIERTO QUE ESTA LEY TRAERÁ IMPORTANTES BENEFICIOS A LAS UNIVERSIDADES ESTATALES, ESPECIALMENTE A LA U. DE CHILE, TIENE ALGUNOS EFECTOS INDESEADOS.
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Dejando de lado el aspecto subjetivo, según el cuál muchos se pueden sentir capacitados para continuar ejerciendo sus funciones docentes; no menos cierto es que es fácil observar que en las universidades que practican la libertad de cátedra, los estudiantes tienden a evitar los profesores mayores, salvo notables excepciones.
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Como en todas las situaciones legales que deben fijar un parámetro de referencia, ya sea la edad, la velocidad o cualquier otra cifra, el criterio que se impone es de carácter estadístico; y por lo tanto, se asume un porcentaje de error 'aceptable' para el conjunto.
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El ideal de todos es introducir flexibilidades en los sistemas de modo de adecuar las disposiciones a las circunstancias; sin embargo, es frecuente observar que esas flexibilidades se traducen en abusos inaceptables que atentan contra la seguridad o el bienestar de la mayoría de las personas.
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La ley de incentivo al retiro, introdujo facilidades para que algunos profesores pudieran continuar ejerciendo parcialmente sus labores académicas de docencia o investigación, basado en parámetros de excelencia evaluados por sus pares y los sistemas de jerarquización.
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Para este efecto, la ley estableció que las universidades estatales deberían establecer reglamentos de aplicación de estas flexibilidades, lo que en la UTEM se aprobó en sesión del Consejo Superior, pese a los defectos de nuestro reglamento de jerarquización.
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Es de esperar que en el futuro sepamos encontrar mecanismos de integración de aquellos que siendo desvinculados por la ley puedan seguir aportando su experiencia acumulada durante muchos años de trabajo.
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3 comentarios:

Claudio Vila Ceppi dijo...

Estimado Claudio

Es muy difícil encontrar una aguja en un pajar, la productividad académica es una enorme carencia que dificulta los posibles caminos de nuestra alicaída Institución.

En un medio académico donde la mejor carta para la VRAC es Manuel Jeria, sin que en estricto rigor cumpla bien los objetivos necesarios para salvar la UTEM.

La única salida es traer alguien destacado de afuera, pero eso nos pueda salir más caro e inoperante y seguramente los resultados van a ser peores que la enfermedad.

En consecuencia, nuestro rector está en una verdadera encrucijada que terminará cuando la UTEM no logre su acreditación y ahí no me gustaría estar en el pellejo de las actuales autoridades.

Espero de corazón que la divina providencia ilumine el andar del señor Pinto porque toda la comunidad académica necesita que no ocurran más las equivocaciones del pasado.

Claudio Vila Ceppi dijo...

Estimado Claudio:

Te consulto en tu calidad aùn vigente de Consejero Superior elegido por nosotros:

¿Porquè no se ha publicado el reglamento aprobado en C.Superior que permite a algunos colegas poder seguir vinculados parcialmente a la UTEM?.

Eso es transparencia.

Saludos afectuosos de un colega a contrata.

NOTA EDITOR: Estimado colega. La responsabilidad operativa de dar a conocer las actas aprobadas del Consejo Superior y las del Consejo Académico es del Secretario General que debe certificarlas con su firma, hoja por hoja.

Sin embargo, la responsabilidad final de este atraso e informalidad es del Consejo Superior y del Consejo Académico, pues no se está cumpliendo con la LEY de TRANSPARENCIA al respecto y una formalidad mínima en un cuerpo directivo colegiado.

Sin duda, los pares evaluadores solicitarán copia de los archivos de estas Actas.

Creo que este punto debiera ser materia de discusión en la próxima elección de Consejeros Superiores de reemplazo de los que se retirarán en Marzo.

Anónimo dijo...

Para no pocos, sin estar acogidos al plan de retiro, estas serán sus últimas vacaciones en la UTEM.