CARTA DEL PROFESOR LUIS PINTOF.
A LA COMUNIDAD UTEM
Estimados Académicos (as), alumnos (as), funcionarios (as) Colaboradores (as):
Hago referencia a la nota que fácilmente envían por medio de utem-todos, cuatro Honorables Consejeros Superiores, representantes de los académicos de nuestra Casa de Estudios Superiores.
Estimados Académicos (as), alumnos (as), funcionarios (as) Colaboradores (as):
Hago referencia a la nota que fácilmente envían por medio de utem-todos, cuatro Honorables Consejeros Superiores, representantes de los académicos de nuestra Casa de Estudios Superiores.
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Mi comentario es escueto, al buen entendedor pocas palabras: al leer dicha nota se mi vinieron a la mente dos refranes populares, que deseo compartir con todos aquellos trabajadores y estudiantes que en su alma y corazón desean realmente un porvenir meritorio y destacado, en el concierto universitario, para nuestra Institución y muy por encima de intereses sórdidos:
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- primero “ No hay peor ciego que el que no quiere ver”
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- segundo “ Los cuidados del sacristán mataron al señor cura”
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Por otra parte me he informado de dos hechos que se producen casi simultáneamente, las renuncias de la Contralora, Sra. Paulina Correa y del Secretario General Sr. Julio Martinez, ambos cargos importantes de nuestra Universidad, precisamente en este instante en que se necesita una mayor transparencia y voluntad de enmendar rumbos, ¿será que ya no son idóneos para los intereses futuros del Sr. Avendaño?
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Además, les informo que participé en la Asamblea de la Asociación de Funcionarios Académicos de la UTEM, asamblea que se realizó gracias a la petición formulada por 19 académicos que nos atrevimos a firmar solicitándola. El sólo hecho que firmaramos diecinueve de un universo de más de doscientos académicos, y que algunos se excusaran temiendo represalias posteriores, es un indicador fuerte del clima laboral de temor existente a nivel de los docentes, conducta que es impropia en el seno de una universidad, en donde todos deben estar dispuestos al diálogo, expresando con plena soberanía su pensamiento. ¡Qué ejemplo les estamos dando a los estudiantes!
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Mi comentario es escueto, al buen entendedor pocas palabras: al leer dicha nota se mi vinieron a la mente dos refranes populares, que deseo compartir con todos aquellos trabajadores y estudiantes que en su alma y corazón desean realmente un porvenir meritorio y destacado, en el concierto universitario, para nuestra Institución y muy por encima de intereses sórdidos:
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- primero “ No hay peor ciego que el que no quiere ver”
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- segundo “ Los cuidados del sacristán mataron al señor cura”
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Por otra parte me he informado de dos hechos que se producen casi simultáneamente, las renuncias de la Contralora, Sra. Paulina Correa y del Secretario General Sr. Julio Martinez, ambos cargos importantes de nuestra Universidad, precisamente en este instante en que se necesita una mayor transparencia y voluntad de enmendar rumbos, ¿será que ya no son idóneos para los intereses futuros del Sr. Avendaño?
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Además, les informo que participé en la Asamblea de la Asociación de Funcionarios Académicos de la UTEM, asamblea que se realizó gracias a la petición formulada por 19 académicos que nos atrevimos a firmar solicitándola. El sólo hecho que firmaramos diecinueve de un universo de más de doscientos académicos, y que algunos se excusaran temiendo represalias posteriores, es un indicador fuerte del clima laboral de temor existente a nivel de los docentes, conducta que es impropia en el seno de una universidad, en donde todos deben estar dispuestos al diálogo, expresando con plena soberanía su pensamiento. ¡Qué ejemplo les estamos dando a los estudiantes!
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Del resto de la reunión les informó el Profesor Claudio Vila..
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Ahora bien, en una campaña a todas luces para ganar tiempo, a los intereses del Sr. Avendaño, se plantea una reforma estatutaria, como si ello pudiese concretarse en un corto plazo y en la actual situación de crisis.
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Ahora bien, en una campaña a todas luces para ganar tiempo, a los intereses del Sr. Avendaño, se plantea una reforma estatutaria, como si ello pudiese concretarse en un corto plazo y en la actual situación de crisis.
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Es cierto que los Estatutos tienen debilidades, sin ir más lejos, admitir que haya sido elegido el Sr. Avendaño, permitiendo su reelección en dos oportunidades. Comparto en que no es un Estatuto ideal, pero éste no es culpable de la situación académica y económica - financiera en que se encuentra la UTEM.
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En relación a aquello, debemos recordar dos hechos: Primero, que el Estatuto lo elaboró la comunidad del ex Instituto Profesional de Santiago, inserto en el marco de la LOCE, Ley que impedía mayor participación de los distintos Estamentos en la gestión de la Universidad, no obstante ello se incluyó en el Consejo Superior una mayor representación del cuerpo académico con derecho a voz y voto, más dos representantes de los alumnos y uno del personal administrativo con derecho a voz, que por ese entonces, en las Juntas Directivas, no existía. Segundo, que se gobernó la Universidad con esos estatutos durante mi rectorado sin llegar a los excesos que hoy presenciamos y sufrimos, por el contrario se ocupó una posición destacada en el concierto de las Universidades Estatales.
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Al respecto, sostengo que no se debe echar la culpa al empedrado, cuando se carece de los conocimientos, la capacidad, y la competencia suficiente para dirigir una institución y con mayor razón una Universidad.
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Comparto plenamente con aquellos que postulan la organización de un Claustro Académico, puesto que lo he solicitado en repetidas ocasiones, tanto en el seno del Consejo Superior cuando era consejero, como a la Directiva de la Asociación de Funcionarios Académicos. Lamentablemente con resultados negativos.
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Se me ha indicado como excusa que no existe en la legislación vigente de la UTEM el Claustro. Es claro que no existe, pero la Autoridad está facultada para convocar bajo el título que estime conveniente a los académicos (“un Consejo Académico Ampliado”) para que se lleve a cabo un proceso de reflexión, con las garantías democráticas y con suficientes transparencia, para normalizar la UTEM.
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Creo, con lealtad y ética universitaria, que en el dialogo, la unidad, y la información transparente, que nos permitiría la instancia de un Claustro Triestamental, podríqamos arribar a conclusiones concordadas en beneficio de nuestra Casa de Estudios. Claro está, que esta instancia no puede ser conducida por las actuales autoridades
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Sin otro particular los saluda atentamente
LUIS PINTO FAVERIO
EX RECTOR
SANTIAGO, 28 DE ABRIL 2008
En relación a aquello, debemos recordar dos hechos: Primero, que el Estatuto lo elaboró la comunidad del ex Instituto Profesional de Santiago, inserto en el marco de la LOCE, Ley que impedía mayor participación de los distintos Estamentos en la gestión de la Universidad, no obstante ello se incluyó en el Consejo Superior una mayor representación del cuerpo académico con derecho a voz y voto, más dos representantes de los alumnos y uno del personal administrativo con derecho a voz, que por ese entonces, en las Juntas Directivas, no existía. Segundo, que se gobernó la Universidad con esos estatutos durante mi rectorado sin llegar a los excesos que hoy presenciamos y sufrimos, por el contrario se ocupó una posición destacada en el concierto de las Universidades Estatales.
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Al respecto, sostengo que no se debe echar la culpa al empedrado, cuando se carece de los conocimientos, la capacidad, y la competencia suficiente para dirigir una institución y con mayor razón una Universidad.
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Comparto plenamente con aquellos que postulan la organización de un Claustro Académico, puesto que lo he solicitado en repetidas ocasiones, tanto en el seno del Consejo Superior cuando era consejero, como a la Directiva de la Asociación de Funcionarios Académicos. Lamentablemente con resultados negativos.
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Se me ha indicado como excusa que no existe en la legislación vigente de la UTEM el Claustro. Es claro que no existe, pero la Autoridad está facultada para convocar bajo el título que estime conveniente a los académicos (“un Consejo Académico Ampliado”) para que se lleve a cabo un proceso de reflexión, con las garantías democráticas y con suficientes transparencia, para normalizar la UTEM.
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Creo, con lealtad y ética universitaria, que en el dialogo, la unidad, y la información transparente, que nos permitiría la instancia de un Claustro Triestamental, podríqamos arribar a conclusiones concordadas en beneficio de nuestra Casa de Estudios. Claro está, que esta instancia no puede ser conducida por las actuales autoridades
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Sin otro particular los saluda atentamente
LUIS PINTO FAVERIO
EX RECTOR
SANTIAGO, 28 DE ABRIL 2008
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