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Miércoles 24 de Junio de 2009, Diario La Segunda.
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Acreditación: el imperativo de la transparencia
Ya se ha cumplido un año desde que las agencias de acreditación iniciaron su funcionamiento, uno de los aspectos más innovadores de la ley que establece un sistema nacional de aseguramiento de la calidad de la Educación.
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Hoy día existen siete agencias de acreditación autorizadas para funcionar en distintas áreas del conocimiento. Y como es de suponer, hay una serie de aspectos que deben ser perfeccionados y que surgen precisamente de la experiencia ya acumulada.
Hoy día existen siete agencias de acreditación autorizadas para funcionar en distintas áreas del conocimiento. Y como es de suponer, hay una serie de aspectos que deben ser perfeccionados y que surgen precisamente de la experiencia ya acumulada.
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NOTA EDITOR: El autor del artículo deja de lado el rol del Consejo Superior de Educación que tiene la Facultad de modificar los Acuerdos de la CNA, como ocurrió con la U. de Las Américas el año 2008.
2 comentarios:
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Por ejemplo, ¿qué se debe hacer con aquellos programas de doble titulación en los que el segundo programa escapa del ámbito de acción autorizado para la agencia?
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O, ¿sobre la base de qué criterio objetivo se asignan los años de acreditación?
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Estas agencias y las que vendrán están llamadas a jugar un rol de alta relevancia en el acto de construir la fe pública sobre la calidad de la educación superior, por lo que no cabe otra cosa que preguntarse cómo cautelaremos como sociedad su funcionamiento.
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Me parece que ese tema es de la máxima importancia: ¿cómo entender la competencia entre estas agencias? .
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Este es un buen ejemplo en el que las leyes del mercado no se aplican. Resulta de enorme sensibilidad cautelar, precisamente, que el ejercicio de cada una de estas agencias se ajuste a parámetros, criterios y procesos comparables y conocidos.
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A mi modesto entender, si se quisiera efectuar una prueba de la blancura del sistema, al someter una misma carrera o programa a dos o más agencias, se debería obtener resultados equivalentes. No podría ser de otra manera. De lo contrario pasaríamos a que la calidad del programa también se mediría en función de la agencia que lo acreditó.
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El gran tema es cómo se le otorga transparencia al sistema, cómo debiéramos entender dicha transparencia y cómo cumplirá el rol de supervisión sobre estas materias la Comisión Nacional de Acreditación (CNA).
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En la actualidad existe un reglamento que se refiere de manera muy primaria a este tema.
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Por de pronto, las agencias deberían estar obligadas a trabajar en conjunto entre ellas y con la CNA, dado que es imperativo que el sistema se resguarde de la sola sospecha de que existan agencias de primera y de segunda.
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Sería la mejor forma de arruinar todo lo conseguido hasta ahora.
No nos preocupemos de la acreditación por este año.
Don Luis asumirá en enero, no antes. Hasta entonces, preparémonos.
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