LA JERARQUIZACIÓN : UNA HERRAMIENTA DE PRESIÓN Y DE CORRUPCIÓN

EL CONTROL DEL PROCESO DE JERARQUIZACIÓN :

UN MECANISMO DE PRESIÓN Y DE CORRUPCIÓN.

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El colega Patricio Maturana Bauer ha puesto el dedo sobre una de las llagas purulentas de nuestra universidad, destapando una vergonzosa situación que se arrastra desde la fundación del IPS, cuando el Sr. Felix Lagreze, ex rector designado por el "Sr" A. Pinochet, designó la primera Comisión Jerarquizadora del IPS, de acuerdo con los parámetros político-militares de la época y les ordenó jerarquizar a los profesores del jóven IPS. (En esa época, el Prorector designado era el actual Gerente General de la UTEM S.A.: Sr. E. Hajna R.).

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En dicha oportunidad, se estableció el primer reglamento de jerarquización que fijó las normas políticas de control del proceso de jerarquización.

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Y, de acuerdo a estas normas, se fijó el criterio de entregar al Rector la conformación de las Comisiones de Jerarquización, sin ninguna restricción importante para su debido equilibrio y representatividad.

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Posteriormente, y pese a que se instauró la transición a la democracia en nuestro país, dicho estatuto se mantuvo vigente hasta el año 2002, modificándose en esa fecha (y, ahora nos enteramos, gracias al Prof. P. Maturana , que el procedimiento de cambio no fue debidamente legalizado) e introduciendo cambios menores en lo reglamentario, y manteniendo la cuota de poder del rector en la nominación de la Comisión Central y la de Apelación.

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Talvez para nuestro estudiantes y funcionarios resulte poco importante este tipo de jerarquizaciones, pero los académicos bien sabemos que el paso de una categorìa a otra implica incrementos importantes en nuestros sueldos. (aprox. un 10% a 15% de incremento), y en consecuencia, tiene una importancia significativa durante la vida académica y familiar de los colegas.

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Quizás, el único cambio importante que se le hizo posteriormente, fue la constitución de las Comisiones de Jerarquización de las Facultades, cuya composición quedó entregada a los Decanos, y estos se la delegaron a los Directores de Departamentos, con la restricción de que sólo podían jerarquizar hasta el grado de Profesor Asociado.

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Con esto, el rector se guardó el poder de controlar la jerarquización de los aspirantes a la Titularidad, mediante la designación de los miembros de la Comisión Central y la de Apelación, entre los académicos de su más estricta confianza.

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Mediante este simple procedimiento, el rector decidía quien podía aspirar al nivel superior y gozar de las franquicias económicas de ser Profesor Titular; y quien, no.

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En consecuencia, sin tener que coimear a los académicos en forma indecente para poder controlar su obediencia y adhesión, le bastaba una sugerencia al Presidente de dicha comisión, dando o negando el paso para un aumento de su sueldo.

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Basta revisar las concesiones de titularidad de los últimos años para darse cuenta que la mayoría se asignó a sus más fieles seguidores (y, particularmente, a los que se fotografiaban junto a él en las campañas electorales; salvo, una que otra extraña excepción que rompe la regla, y que debería ser investigada).

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Obviamente, este no era el único procedimiento para lograr la adhesión y/o sumisión de los colegas, la que alcanzó al 80% de los votantes en la última elección de rector, y que le permitió controlar cuatro de los cinco consejeros superiores que hoy lo protegen de la remoción.

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Las artimañas para captar adhesión utilizadas son muy numerosas, y, sin duda, algunas más efectivas que otras, pero el tema de la presente edición es la discusión de la jeraquización desde el punto de vista del uso político del poder rectorial durante estos años, y por lo tanto, dejaremos para otra edición el análisis de los otros procedimientos más utilizados.

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CLAUDIO VILA CEPPI

PRESIDENTE AGRUPACIÓN DE

ACADÉMICOS POR LA UTEM.

(PROFESOR ASOCIADO)