SI BIEN ES CIERTO QUE LA DECISIÓN DE PRESENTARSE AL PROCESO DE ACREDITACIÓN INSTITUCIONAL EN LOS ASPECTOS BÁSICOS DE GESTIÓN Y DOCENCIA DE PREGRADO TUVO UN CARÁCTER UNILATERAL Y VERTICAL, QUE NO CONTEMPLÓ EL PARECER DE LA MÁXIMA AUTORIDAD COLEGIADA DE LA UTEM, NO CABE DUDA QUE TODOS COMPARTÍAN EL CRITERIO DE QUE NO SE PODÍA CONTINUAR FUNCIONANDO SIN HACER UN ESFUERZO POR ACREDITARSE DADO QUE ESTE JUICIO PÚBLICO ESTÁ INCIDIENDO GRAVEMENTE EN LA CAPTACIÓN DE POSTULANTES DIURNOS CON BUENOS PUNTAJES DE ADMISIÓN.
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También, la presentación a este examen público era una buena ocasión para aunar las voluntades de los miembros de la comunidad en torno de un objetivo común que trascendía los intereses de grupos e individuos, superando la gran división interna que se produjo por los continuos abusos de poder ocurridos durante los últimos once años.
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Sin embargo, talvez eso no era suficiente para motivar a la mayoría de los miembros de la comunidad (aunque en alguna medida se haya logrado), debido a quizás una falta o debilidad de liderazgo de los ejecutores de los programas de acción requeridos.
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Algunos de los principales ejecutores han destacado por su ineficacia en la conducción de las tareas que se suponían que debían implementar, dirigiendo los grupos de trabajo que debían ponerse en acción.
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Los desafortunados nombramientos en algunos cargos relevantes han pasado finalmente la cuenta, haciendo perder la confianza en el producto del trabajo realizado por numerosos colegas que han sacrificado generosamente su tiempo colaborando con los designados para realizar las tareas fundamentales.
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En términos generales, en una universidad estatal no basta con tener concentrado todos los poderes institucionales para poner en movimiento el esfuerzo de la comunidad en pos de un resultado, por beneficioso que este sea para todos. Ello no se logra ni siquiera en un ejército regular y uniformado.
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Sin embargo, pese a todo lo anterior, aun caben esperanzas ciertas de que el objetivo de acreditarse puede alcanzarse si la comunidad asume con responsabilidad el compromiso de corregir los errores del pasado y de delinear un programa de economías reales en la gestión de la UTEM, haciendo los sacrificios que se derivan de una reestructuración universitaria de fondo, que todos suponen que debiera realizarse, pero que nadie afronta francamente.
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2 comentarios:
La pregunta del millón: ¿por qué las cosas no se hicieron de otro modo desde el comienzo?
Aunque se siga adelante, el solo hecho de hacerlo unilateralmente ya en sí es un punto en contra, pues para la acreditación institucional las medidas de aseguramiento de la calidad deben sustentarse en participación y no en imposición.
Está muy fome señor editor. Muy obvio. Un columnista debiera producir interés en su artículo, no aburrir.
Está cada vez más fome.
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