TRANSPARENCIA VERSUS SECRETISMO

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NUESTRA CULTURA DOMINADA POR EL SECRETISMO TIENDE A RECHAZAR LA DISCUSIÓN ABIERTA Y CRÍTICA,  PROPIA DEL QUEHACER UNIVERSITARIO, Y PARTICULARMENTE EL DE UNA UNIVERSIDAD DEL ESTADO.

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LA ACREDITACIÓN  DE UNA UNIVERSIDAD DEL ESTADO REQUIERE  DE UN MÍNIMO DE AUTOCRÍTICA REFLEXIVA QUE DEBIERA SURGIR DE LO MÁS PROFUNDO DE SU SER, SIN REQUERIR QUE VENGA UN GRUPO DE PARES EVALUADORES ESPECIALMENTE CONTRATADOS PARA SEÑALAR LO QUE ES NECESARIO CORREGIR.

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EL TENER FALLAS DE TODO TIPO NO ES OBSTÁCULO PARA UNA ACREDITACIÓN. LO VERDADERAMENTE GRAVE ES NO TENER LA CAPACIDAD PARA TOMAR CONCIENCIA DE ÉSTAS  NI LA VOLUNTAD DE ENFRENTARLAS Y RESOLVERLAS.

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PENSAR QUE LA DIFUSIÓN DEL INFORME DE LOS PARES EVALUADORES DEBILITA EL PROCESO DE ACREDITACIÓN, O ES UNA INGENUIDAD O ES UNA EXCUSA PARA NO ENFRENTAR DE VERDAD LOS GRAVES PROBLEMAS QUE NOS AFECTAN.
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PENSAR QUE LOS PARES EVALUADORES REALES NO SE DARÁN CUENTA DE LAS EVIDENTES DEBILIDADES INTERNAS, ES UN  MENOSPRECIO DE  LAS CAPACIDADES DE  UNIVERSITARIOS CON  EXPERTICIA EN LA EVALUACIÓN DE LA CALIDAD DE LOS PROCESOS DOCENTES, ADMINISTRATIVOS Y FINANCIEROS.
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