LA HONESTIDAD : UNA NECESIDAD SOCIAL BASTANTE OLVIDADA
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Día a día, cada vez que encendemos el televisor o abrimos el diario, nos encontramos con una seguidilla de actos deshonestos de todo tipo y de amplia extensión en todas las capas sociales y culturales, dañando gravemente el tejido social de casi todos los países.
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Sin duda, el por qué de la necesidad de la honestidad no es lo mismo que su para qué. El 'por qué' apunta a la esencia de la extraña naturaleza humana; en cambio, el 'para qué' se orienta a las necesidades de funcionamiento de las sociedades humanas.
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La respuesta a la primera pregunta depende del enfoque filosófico o ideológico o religiosa de cada cual, que resulta casi imposible de discutir dada las radicales e irreductibles diferencias de las corrientes de pensamiento existentes. (Hace unos pocos años en una película chilena de Boris Quercia, 'El rey de los huevones', se festejó a la deshonestidad como un paradigma de la inteligencia nacional, y nadie se dio el trabajo de discutir el planteamiento de fondo de dicho enfoque).
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En cambio, el 'para qué' atiende a un aspecto lógico del funcionamiento social de cualquier organización, incluso de las organizaciones criminales que definen sus propios patrones de 'honestidad' ad-hoc a sus necesidades de expansión y supervivencia.
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Hoy, en nuestra universidad, podemos ver las consecuencias de no haber respetado las normas básicas de la convivencia en la profunda división interna de la comunidad académica-administrativa - estudiantil, como resultado de la destrucción de las confianzas que se requieren para poder funcionar en armonía y cooperación.
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La consecuencia inmediata de lo anterior es la pérdida de las sinergias productivas que se logran del trabajo colaborativo y el aislamiento de los diversos grupos e individuos.
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Lamentablemente el proceso de Acreditación nos encuentra sin haberse resuelto medianamente el deterioro de la 'moral' interna, y en consecuencia profundamente divididos respecto de los aspectos fundamentales de la misión de la universidad.
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