Duras críticas al Gobierno han formulado algunos dirigentes de la oposición por el retardo en los nombramientos de ciertos cargos de exclusiva confianza del Presidente de la República. Las designaciones de un nuevo gobierno siempre han sido ocasión de controversia, pues hace ya muchísimos años que se acusa al Ejecutivo de otorgar demasiada importancia a la adhesión política y poca a las calificaciones técnicas de los escogidos. Esta vez, con motivo de las incidencias en torno a la Alta Dirección Pública, también se han repetido esas observaciones.
En cambio, resultan nuevas las quejas por la tardanza en llenar los cargos. En algunos casos, ella se puede explicar por el mecanismo de selección que implica un sistema como el de la Alta Dirección Pública, pero en otros no se ha dado explicación alguna.
Esto ha llevado a que permanezcan en sus funciones personas designadas por la coalición política que hoy conforma la oposición -una paradoja difícilmente beneficiosa para alguien-; en otros, los funcionarios designados por la Concertación han renunciado y han sido reemplazados por subrogantes, lo que les confiere una autoridad precaria, que deja pendiente toda decisión de importancia en espera del titular.
En algunas áreas, estas demoras están provocando dudas mayores acerca de los planes gubernamentales.
Así ocurre, por ejemplo, en la educación superior. Las autoridades sostienen que le asignan gran relevancia al tema universitario, y en el último tiempo, además, se lo ha identificado como un área crítica en el sensible asunto de la calidad educacional, por su responsabilidad en la formación de profesores.
No obstante, a más de dos meses de haber asumido el nuevo gobierno y a cuatro de haber sido elegido, permanecen vacantes los cargos de director de la división de Educación Superior en el Ministerio de Educación, y de los presidentes de la Comisión Nacional de Acreditación y de Conicyt.
La Comisión de Acreditación tiene tareas apremiantes, tras haberse conocido los malos resultados de los exámenes a los egresados de pedagogía de escuelas que ella -que debe asegurar la calidad de la educación superior- había estimado dignas de larga acreditación..
8 comentarios:
Ojalá que no cambien al actual Presidente de la Comisión Nacional de Acreditación antes de que vengan los Pares Evaluadores.
¿Piñera? ¿Quien es Piñera?
¿Será un émulo de la Haidée y con suerte de Pinto?
El presidente de la CNA ya renunción hace varias semanas atrás.Lamentablemente la acreditación de la UTEM no pasa por el presidente ni por la CNA sino por nosotros mismos, que no estamos preparados ni tenemos los atributos mínimos para ello.
Un funcionario de Macul
¿ Y para qué se va a apurar Piñera?, si ya puso la UTEM a la venta?????.
Cuando llegue el mejor postor, nos iremos todos para la casa.
Una señal muy clara de lo que vendrá es que aún no se designa a los consejeros superiores representantes de la Presidencia.
La última vez que eso ocurrió, los designados llegaron con un único propósito: tumbar al ex rector con la ayuda de los avendañistas arrepentidos.
¿¿ Tumbar al ex rector ?? 0 ¿Negociar su salida ?.
Está a la vista que el tema universitario no ha sido la prioridad de este gobierno.
Ni siquiera alcanza para preocupación, por razones aparentemente obvias.
No pareciera tan difícil haber nombrado un Director de Educación Superior y empoderarlo.
La crítica Mercurial habla de ineficiencia y, esta vez parece justa.
Respecto a nuestro rector, sin duda llegará un momento en el que él mismo deberá hacer un balance de sus reales posibilidades de sacar a la UTEM de su situación crítica actual.
La crisis de las otras universidades del estado puede ayudarnos, pero la UTEM ni su rector pueden esperar demasiado.
A estas alturas, cualquier tropiezo puede ser crítico.
Negociaron cuando no lo pudieron tumbar. Recordemos que el Consejo Superior llegó a votar la remoción..., lo demás es historia conocida.
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