EL PRÓXIMO 03 DE ABRIL SE INICIARÁ UNA
NUEVA ETAPA EN LA VIDA DE LA UTEM
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COMO CONSECUENCIA DE LA CONCENTRACIÓN DE
PODER ASIGNADA A LA RECTORÍA DE LA UTEM, CABE
ESPERAR QUE LA LUCHA POR ESTE CARGO SEA MÁS
ENCARNIZADA QUE LA DE CONSEJEROS.
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LAMENTABLEMENTE, DURANTE LOS OCHO MESES
DE TRANSICIÓN NO SE MODIFICARON NUESTROS
ESTATUTOS NI EL DECRETO 232 QUE FACULTA AL
RECTOR PARA INTERVENIR EN LA FACULTADES
NOMBRANDO A LOS DIRECTORES DE ESCUELAS
Y A LOS SECRETARIOS DE FACULTAD
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EN ESTAS CIRCUNSTANCIAS, LA ORGANIZACIÓN
DE LOS GRUPOS DE PODER QUE SE ORGANIZARON
BAJO EL LIDERAZGO DEL ANTERIOR RECTOR SE
VERÁN BENEFICIADOS CON EL CONTROL DE LOS
CARGOS QUE PERMITEN INFLUIR EN EL VOTO DE
LOS COLEGAS A CONTRATA.
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SIN EMBARGO, ESTA ELECCIÓN TENDRÁ NOVEDADES
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- MADURACIÓN DE ALGUNOS COLEGAS QUE PUDIERON
VER EL PROCESO DE DESTRUCCIÓN DE LA UTEM
.- MAYOR INTERÉS Y PARTICIPACIÓN ESTUDIANTIL
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- MAYOR INERÉS Y PARTICIPACIÓN DE FUNCIONARIOS
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- MÁS CAUTELA Y PRESENCIA DE LOS REPRESENTANTES
DEL GOBIERNO
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- URNA ÚNICA PARA CADA TIPO DE JORNADA
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- DESPRESTIGIO Y/O DESGASTE DE LOS LÍDERES DE
SEGUNDA LÍNEA DE LA RECTORÍA ANTERIOR.
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- ESCASEZ DE RECURSOS PARA HACER OFERTONES
2 comentarios:
Lo importante es que haya elección, allá los que se dejen presionar por los que se creen dueños de la vida.
Pero además de presiones están ofreciendo cargos y haciendo ofertones sin ninguna consideración a la dignidad de los académicos.
No olvidemos el pasado reciente de la UTEM. La situación financiera sigue gravísima y el hoyo se sigue agrandando.
No se puede elegir a los responsables de ´ésta situación.
AGRUPACIÓN ACADEMICOS POR LA UTEM
Los académicos de la UTEM deben velar porque en ésta se instaure una auténtica normalidad institucional, lo que significa, ni más ni menos, que cada instancia de decisión ejerza como corresponde la competencia que le otorga la ley y reglamentación universitaria, con transparencia y anteponiendo los intereses superiores de la Universidad.
La mal llamada transición, demasiado larga e infructuosa, por la que aún atravesamos, ha de ser sucedida por una Rectoría que vele por la profesionalización de la gestión administrativo-financiera, haciéndola eficiente, confiable y sujeta a un control y evaluación constante. Esa Rectoría deberá también procurar que el estamento estudiantil cuente con las condiciones necesarias para que, con independencia de cualquier influencia interna o externa, pueda reinstaurar su institucionalidad, en orden y de acuerdo a una cultura universitaria respetuosa y tolerante.
No es posible que durante más de diez meses de transición una Universidad estatal como la nuestra no cuente con una Federación Estudiantil que le permita proyectarse al medio social, de manera seria y propositiva.
El estamento académico,por su parte, debe asumir en plenitud la responsabilidad de acrecentar el prestigio de Universidad, con un perfeccionamiento continuo y reflejado en una mayor productividad, adoptando una filosofía que denote su irrestricto respeto a los mecanismos de evaluación y una preocupación por el mejoramiento del servicio educacional que a través de ellos se presta, lo que se logra incentivando la autoexigencia y la receptividad frente a las inquietudes del alumnado.
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